tribuna abierta
Todo es hoja
Además de explicar cómo Azara es inspiración para Darwin, Madariaga afirma que es la intuición biológica lo que coloca a Azara en un lugar único

A mediados del siglo XVI nacía en Padua el que está considerado por la Unesco como primer jardín botánico del mundo. Vinculado a la universidad patavina, debemos su construcción a la inquietud del profesor Bonafede, titular de la cátedra de simples, por instruir a los ... estudiantes de medicina en el conocimiento práctico de las plantas medicinales. El Orto Botanico de Padua creció con esa doble finalidad didáctica y de investigación científica, y se convirtió con el paso del tiempo en un referente mundial de botánica y biodiversidad. En septiembre de 1786 Goethe quedaría fascinado por su exuberancia y encanto. «¿ Y qué es ver sin pensar?», anota el polímata alemán en 'Viaje a Italia'. «Aquí –continúa–, ante tanta diversidad nueva para mí, se hace cada vez más viva la idea de que todas las formas vegetales podrían quizá desarrollarse a partir de una.» Obsesionado con la idea de la naturaleza como totalidad, busca infatigablemente el patrón único que subyace a la diversidad manifiesta. Cuando cree estar cerca, escribe: «Alles ist Blatt» (Todo es hoja). Así, en palabras de Salvador de Madariaga, «Goethe adquirió un sentido vivo del reino vegetal, todo henchido de tiempo activo; de modo que terminó por darse cuenta de su unidad asombrosa en el espacio y en el tiempo, de la constancia de las formas, de la persistencia de las especies, de la metamorfosis de unas en otras, de su parentesco».
Hablaba hace unos días con el sobrino nieto del escritor sobre la obra de su tío 'Dios y los españoles', de la que procede la cita. En su afán por avalar ese concepto más íntimo y concreto de la unidad del ser de España, Madariaga explora en este ensayo lo que Dios significa en la vida e historia de los españoles. En la segunda parte, dedicada a la ciencia, el autor rescata a Goethe, «el verdadero fundador de la ciencia natural que no apaga la luz». Bajo el preclaro título de 'La luz', abre el penúltimo capítulo recordando que, casi al mismo tiempo que Goethe descubría la pasmosa unidad del reino vegetal, «anda por el Paraguay delimitando la raya entre las tierras portuguesas y las españolas, quizás el único europeo entonces capaz de haber entendido a Goethe y de haberle acompañado en sus andanzas intelectuales». Se refiere al ingeniero militar y naturalista aragonés Félix de Azara, miembro de la expedición de límites al Brasil de 1781. Una misión que lo retuvo en la América meridional por dos décadas, tiempo que dedicó a expandir los límites del conocimiento humano sobre la flora, la fauna y los pueblos de aquella zona. Además de explicar cómo Azara es inspiración para Darwin, Madariaga afirma que es la intuición biológica lo que coloca a Azara en un lugar único «que lo distingue y que lo eleva junto a Goethe por su penetración de la índole divina del mundo».
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